"Mamá...Papá, ten cuidado no me hagas daño, me duele cuando me golpeas o cuando me ignoras.
No quiero sufrir, no quiero llorar.
Deseo quererte y solo eso, déjame amarte.
Eres todo para mi"
Los hijos no son tontos, ellos se dan cuenta cuando nosotros los maltratamos. Si es físico, ellos lo sufren en carne propia y sienten el dolor y la impotencia al recibir golpes o zapatazos o correazos o bofetadas etc. Y si es psicológico, muchas veces el dolor es más fuerte y ello mella su autoestima.
No es necesario maltratar, para hacer entender a un niño el mensaje que le queremos transmitir, si solo tuviéramos la paciencia necesaria para conversar con ellos y darnos el tiempo suficiente para comprender el porque de las inconductas, lograríamos criar mejor a nuestra familia.
Con el maltrato, lo único que se obtiene es hacer sentir mal a la persona que lo sufre, pero ahí no queda todo, pues la persona que maltrata también sufre a lo largo de la vida los embates de sus propias acciones, ya que los dolores infligidos a los hijos, la vida los cobra de alguna forma. Muchos niños necesitarán atención psicológica y los que hayan sufrido alguna golpiza, es muy probable que terminen en algún hospital.
Los niños y adolescentes, conocen de sus deberes y derechos y ellos reclaman que se les trate bien. Los padres debemos ayudar en el proceso, para que nuestros hijos en el futuro, no se conviertan en personas que abusen de su propia prole.
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