martes, 27 de mayo de 2008

Cuando los padres se separan

Ocurre que no es fácil la convivencia, sin embargo nos comprometemos a vivir en pareja desde el momento que nos unimos y decidimos procrear un hijo. Este niño es fruto de lo que todos consideramos amor, ese cariño que se vive con el otro, nos permitirá sacar adelante a ese hijo que tanto amamos.

La realidad nos abre los ojos y sucede que la pareja no se entiende, es necesario tomar decisiones, por ende, ocurre la separación. ¿Qué se debe hacer? Pues decirle la verdad a los hijos y no demorar en hacerlo pues ello puede perjudicarlos más.

Hoy en la consulta una madre me contaba que su esposo y ella habían tomado esta decisión, los papeles ya estaban a punto de ser firmados y los hijos ignoraban todo el proceso. ¿Cómo creen que esos niños van a reaccionar cuando se les diga que la separación es un hecho consumado en los tribunales y que ellos como pareja no volverán a vivir juntos? No esperemos este momento, pues esa crísis será muy difícil de superar y los hij@s siempre vivirán pensando que fueron engañados por sus propios padres. Las terapias ayudan para que las familias mitiguen sus dolores y las heridas logren cerrarse, pero esto surtirá efecto siempre quie se realicen en un tiempo y momento propicio.


sábado, 24 de mayo de 2008

La Importancia del juego

El ser humano aprende a jugar practicamente desde que nace y es por medio del juego que llegará a formar su ser íntegro y completo.

Las reglas que se derivan de los juegos les permiten acceder al mundo de los adultos y a los adultos comprender a los niños por medio del juego, de la simulación y de la fantasía. Los padres debemos jugar con nuestros hijos, pero no para matar el tiempo, sino para relacionarnos con nuestro hij@ y permitirle así conocernos y nosotros poder asi enseñarles estrategias que les permitirán con el paso de los años construir su proyecto de vida.

Los entendidos en la materia han desarrollado diversas técnicas que conducen al aprendizaje por medio del juego, incluso el aprendizaje de un nuevo idioma se facilita por medio del juego.

La educación preescolar orienta sus actividades hacia el juego. El padre de familia debe ser muy cauto al intervenir en el juego con su hij@, no debe incentivar el juego brusco, ni la vilolencia y mucho menos conducirlo a la mentira o el engaño, sus orientaciones deben ser claras y sencillas.

Para nosostros los padres la risa de nuestrro hij@vale más que mil palabras, por ello juguemos y seamos felices.

miércoles, 14 de mayo de 2008

NIÑOS QUE MIENTEN

Hace unos días navegando en la web encontré este artículo en www.educarbien.es y me pareció importante compartirlo con ustedes.

Enséñales a decir la verdad
Muchos padres se preguntan qué hacer para que sus hijos dejen de ocultar, invertir o adornar la realidad. Busquemos las soluciones teniendo en cuenta que cada mentira es una fuente de información valiosa acerca de los temores y necesidades del niño.

María Peón. PSICOTERAPEUTA

Como ocurre con casi todas las cosas, la normalidad es una cuestión de grado. La gran mayoría de los niños miente. Se calcula que el 7% de los chicos y el 4% de las niñas lo hace con bastante frecuencia. Se trata de un fastidio evolutivo; una salida de emergencia de una etapa a superar. No en vano, la capacidad para decir deliberadamente lo que no es cierto, la fantasía y la voluntad, crecen al mismo ritmo. Recordemos que, entre los dos y los cuatro años, el niño aprende a decir "no" y a distinguir lo que quiere de lo que no quiere. Con el paso del tiempo, el pequeño descubrirá que sus deseos encuentran límites y que la línea recta no siempre conduce a la satisfacción. En cuanto el niño compruebe que existe un modo alternativo de conseguir lo que quiere o de evitar lo que teme, habrá descubierto un nuevo recurso social: la mentira.

Cuándo empiezan
En ausencia de los conceptos abstractos con los que llegar a comprender la importancia de la verdad, los preescolares, más que mentir, utilizan la reserva y la ocultación. Pero, entre los cinco y los seis años, por obra de la buena educación, empiezan a distinguir el atentado a la verdad como acto deshonesto y socialmente indeseado. Pero, antes de enfrentarnos al problema, sepamos que, cuando los frutos de esta capacidad transformadora infantil son bien canalizados, activarán el desarrollo.
Para estar en condiciones de engañar, el niño tiene que haber desarrollado la capacidad de abstracción y algunos deseos independientes, contar con la imaginación, asumir cierto riesgo, ser consciente de la realidad y conocer de antemano la norma que va a transgredir con su mentira.

Cómo reconocer al niño mentiroso
Cuando los chicos mienten, suelen parecer asustados o ansiosos. El niño -pese a que lo que a veces se dice- es aún un mal actor. Sus relatos presentan contradicciones e incoherencias. Los padres deben escuchar cuidadosamente lo que sus hijos cuentan, sin llevar a cabo una persecución psíquica. No se trata de mirar fijamente a los ojos en busca de los brillos característicos del engaño, ni de someterles a un tercer grado, sino de prestar la suficiente atención a lo que dicen para detectar incoherencias.
Las mentiras de los niños suelen sonar ensayadas. Se han señalado otros indicadores físicos, como cambios en el movimiento corporal, inflexiones en la voz, sequedad de boca, respiración muy profunda o superficial, largas pausas entre palabras... Sin embargo, como sucede en el caso de los adultos, frente a los gestos que nos delatan, no existe un total acuerdo.
Paradójicamente, y en cuanto a la personalidad, el niño mentiroso puede presentar una honestidad militante. La necesidad de purgar el sentimiento de culpa, el deseo de parecer más sinceros o el simple odio hacen que, a menudo, los niños se muestren justicieros, inquisidores y suspicaces.

Claves para entender al niño mentiroso
Entre los cinco y los ocho años, se han encontrado razones de fondo generales que podremos asociar a mentiras comunes. No se trata de interpretaciones inequívocas. Las tomaremos como ejemplos de lo que a menudo significan:

-"Yo no he sido". Cuando el niño que niega haber roto el jarrón o haber transgredido una norma intenta eludir el castigo que anticipa. ¿De qué tiene tanto miedo?

-"Sí que sé". Al niño que no sabe cómo hacer algo y dice que sí sabe, esta mentira le sirve para combatir vergüenzas y sentimientos de culpa. ¿Por qué no se acepta?

-"Ese coche es de mi padre, que es jefe". Si el pequeño se inventa propiedades, gestas o capacidades, podemos entender que necesita aumentar su autoestima o el gusto por su vida cotidiana de manera ilusoria. ¿Qué le deprime?

-"Ayer me insultaron dos policías y les pegué". Frente a las historias bizarras, podemos sospechar que el niño intenta llamar la atención o conseguir los halagos de los demás, asustar, impresionar... ¿Qué quiere que sientan los demás?

"Pues a Marta sí que se lo compran". Cuando utiliza las falsedades para manipular, está tratando de obtener algo que, de otra manera, se le niega o prohíbe. ¿Por qué no negocia?

"No sé quién fue". En ocasiones, mintiendo a los adultos, el niño pretende demostrar su lealtad o proteger a otros, queridos o temidos por él. ¿Qué le guía?

"Me duele la tripa". Algunos niños recurren a mentiras sobre su salud por inmadurez, para evitar enfrentarse a situaciones difíciles. ¿Por qué las evita?

"Papá dejará a su novia, volverá con mamá y me llevará a la playa". Cuando los deseos son inalcanzables, el niño puede utilizar la imaginación para encubrir, negar o maquillar realidades dolorosas que no logra asumir. ¿Qué es lo que no asume?

domingo, 11 de mayo de 2008

Educar con coherencia

No es fácil...díganmelo a mi... que he tenido que batallar con mi pareja en muchos aspectos de la educación de nuestros hijos y no siempre hemos coincidido en que es lo mejor para ellos.

Muchas son la veces que hemos actuado con incoherencia, lo que nos ha dado más de un dolor de cabeza. parece mentira pero con el paso de los años una se da cuenta, que el ser coherente permite dar a los hijos claridad hasta en sus propios pensamientos.

El diccionario de la Real Academia Española define coherencia de la siguiente manera: Actitud lógica y consecuente con una posición anterior. Cuando uno establece reglas o principios es necesario no solo ser persistente en los mismos sino coherente, para que nuestros hijos visualicen los mismos y puedan vivir de acuerdo a ellos y no marearse con los cambios o giros que se nos ocurran dar.

Por lo tanto, más puntos obtendremos mientras más claros en nuestro hogar seamos y para ello se requiere un dialogo limpio y claro, libre de estigmas.

viernes, 9 de mayo de 2008

Mi mejor amigo el messenger....

...¿cuántas horas le dedican nuestros hijos a este medio de comunicación masivo? Pues muchas, tantas que tenemos miedo hasta de preguntarles, nosotros nos vamos tranquilos a trabajar y los dejamos frente a la computadora todo el tiempo que ellos quieran.

Nuestros hijos tienen tantos amigos, que les faltan dedos en su cuerpo para contarlos. Hace unos cuantos años no nos podíamos ni imaginar, que el messenger llegaría a los límites que hoy en día tiene, sin embargo es importante que consideremos, que no solo se trata de esto sino del enorme PODER que ha adquirido en los adolescentes de nuestra sociedad.

A nosotros como padres nos toca decir alto, nuestros muchachos están viviendo su niñez y adolescencia de manera virtual, muchos ya no distinguen lo REAL de lo IRREAL


Terminan su periodo escolar diario y al salir del colegio ellos dicen:
  • conéctate
  • te conectas
  • a que hora entras

Al conectarse ellos ingresan a un mundo que los lleva a olvidarse de todo y todos, pues incluso su lenguaje es otro, conversan con tantas personas a la vez que nos lleva a preguntarnos:

¿Qué es lo que en realidad expresan? Sus sentimientos, pues no, no creemos que eso los reuna en el chat. Lo que ellos conversan se relaciona más a cosas que quedaron pendientes en el colegio, a su fin de semana, a los posibles enamoramientos y por supuesto los chismes que no faltan en todos los grupos.

domingo, 4 de mayo de 2008

¿Qué cocinaré?

Este asunto es tan difícil como criar un hijo, ayudarlo a hacer sus tareas o incluso a asearse. Cuántas veces nos hemos desesperado por este tema. Mis hijos tienen diferentes gustos, por lo que en ocasiones la cocina significa una batalla aparte. Les cuesta entender que deben comer de todo, pero a pesar de esta cháchara (palabras inútiles), hay oportunidades que hago comidas diferentes como si de un exquisito hotel se tratara. Y cuando ya todos estamos sentados a la mesa alguno de ellos tiene la osadía de decirme que mi comida no está rica y que la de su tía o mamá de un amigo está mejor!!!. En esos momentos me siento como un volcán a punto de erupción por lo injusto del comentario, pero al reflexionar me doy cuenta que todo ello es propio de la vida familiar y que para ellos (hijos) es un ejercicio que les permitirá desenvolverse en el grupo humano que les toque vivir.

La alimentación en los hogares ha devenido en un problema por lo compleja, los chicos de hoy prefieren la comida chatarra, a un buen guiso, una gaseosa, a un refresco o jugo natural. Los padres debemos preocuparnos por lo que nuestros hijos ingieren diariamente. Es necesario escucharlos cuando dicen estoy lleno, ya me llené o no me gusta, pues ello significa que ya comieron algo que no los alimentará, pero que si llenara sus estómagos por un rato.

jueves, 1 de mayo de 2008

Mira quien soy...

"Soy mamá la que te habla,la que te dice cuán importante eres, la que te acompaña en todas tus necesidades, la que está pendiente de las visitas al médico, la que no descuida tus alimentos".


Todas las mamás y papás con un poco de dedicación deberíamos estar a la altura de esa situación, si bien es cierto todos los adultos sabemos lo importante que es no descuidar a un menor, no todos tenemos la capacidad de cubrir las necesidades de un niño. Y hablamos no sólo de las imprescindibles para la supervivencia física sino de las que son importantes en el proceso de crecimiento de un ser humano pleno e íntegro.

Cuántos padres hoy en día acuden en busca de ayuda para educar a sus hijos y no todos encuentran lo que necesitan, ya sea por que no tocaron la puerta adecuada o habiendo hecho lo correcto no confían en el mensaje que entes especializados les proponen: ejemplo de ello puede ser la institución educativa a la que concurre el menor.



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