domingo, 1 de junio de 2008

Negociar o no negociar

Los hijos crecen y se creen los reyes del mundo, que todo lo pueden y que no necesitan ya de sus padres.

Ese es el sentimiento que tienen al enfrentarse a la vida y darse cuenta que el piso se les mueve a cada paso que dan, ya no son los niños que pedían ayuda a cada instante, ahora necesitan ellos tomar sus decisiones y moverse a su propio ritmo, pues el grupo al que pertenecen así lo requiere, y es allí donde los padres deberemos hilar fino, para que sin interferir con sus deseos sepamos negociar y ayudarlos a lograr la mayor cantidad de aciertos que les permita sentirse bien y pensar que son sus decisiones y no las nuestras. No debemos imponer sino conversar y llegar a acuerdos que les permitan sentirse cómodos con su propio ser.

Las reglas de antaño ya no son útiles hoy en día, pues estas venían de padres y madres autoritarios, que si bien es cierto pensaban en el bienestar de sus hijos, no les permitían formar un espíritu libre y autónomo.

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