El contemplar una pintura, un paisaje no solamente produce tranquilidad, también lleva a la persona que ve a imaginar todo aquello que se encuentra en el entorno del paraje que circunda, en este caso la pintura en si misma.
Tanto me encariñé con esta pintura que desde hace un tiempo la tengo en mi hogar, la recibí de manos de una persona muy querida, que al llegar a la ancianidad tuvo que abandonar su hogar al quedarse sola, sus familiares más cercanos cerraron su casa y la llevaron como quien lleva un bulto a su destino, lugar en el que ella nunca estuvo contenta, hoy al cabo de unos años no puedo decir que sucedió al final de sus días, espero que la contemplación del cuadro que hizo durante muchos años le permitiera cruzar el umbral de la vida con tranquilidad extrema.
La vida es una sola es necesario saber vivir y encontrar satisfacción en lo que realizamos.
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