¿Alguna vez les ha pasado algo semejante? Me imagino que si. Y es que ya se torna hasta hilarante cuando los hijos piden algo que ellos no están dispuestos a hacer, y es, el cuidar a la posible mascota. El tener un animalito en casa cualquiera que sea significa una responsabilidad que no todos están dispuestos a compartir y más cuando ellos crecen y es necesario dedicarles más tiempo para cubrir las necesidades de este nuevo miembro de la familia.
Les contaré que por años me negué a tener mascotas en casa hasta que fui sorprendida por unos periquitos australianos, los que empezaron a multiplicarse de la noche a la mañana, lo que conllevó a que las jaulas crecieran y la comida se multiplicara.
Les contaré que por años me negué a tener mascotas en casa hasta que fui sorprendida por unos periquitos australianos, los que empezaron a multiplicarse de la noche a la mañana, lo que conllevó a que las jaulas crecieran y la comida se multiplicara.
Y así y todo mis hijos, ya adolescentes siguen en la lucha para que tengamos un perrito... ¿Cuál creen que es mi respuesta?
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